Palabras de Francesc Cassú sobre Llull

21/11/2018

Francesc Cassú, Director Artístico de la Simfònica de Cobla i Corda de Catalunya.

Me siento orgulloso de todos y cada uno de los proyectos de la SCCC desde su creación. La variedad estilística, la diversidad de repertorios y la aportación de los diferentes solistas han conferido a los diversos proyectos una personalidad diferente, un interés atractivo, que consigue que todos ellos tengan cara y ojos, sólidos, pero desvinculados entre sí. Innovadores, en definitiva.

Ahora bien, el proyecto "Llull" me toca de lleno. Será la primera vez en la que, además de dirigir la grabación, soy el compositor de la obra. Y este hecho conlleva que, obviamente, el grado de conexión y emoción sea aún más profundo.

"Llull" nace como un encargo de la familia Lagares. Siempre les estaré agradecido por haberme confiado un proyecto tan grande, que asumí con ilusión y sin miedo (aunque evidentemente no tenía experiencia en componer óperas). Que Jaume Cabré aceptara hacer el libreto supuso un impulso enorme para todo el proyecto.

Y así fue como me adentré en la historia de Ramon Llull. Durante casi un año compartí los últimos años de su vida, traté con la firme dulzura de Magdalena, con el déspota Aymerich, el magnífico Molay y todos los personajes que configuran el elenco de esta obra. Y ahora, por fin, se verá puesta en escena, se escucharán sus melodías y brotará la prosa poética de Cabré.

No tengo ninguna duda de que es una de las obras más honestas que he escrito. He querido que sea clara, austera, ligera, con la melodía al frente de todo. Sin falsas modernidades. Sin miedo a ser tachado de "melódico". Y, sobre todo, sincera. Sincera conmigo mismo y con los futuros oyentes, con la esperanza de que cuando la escuchen puedan llegar a emocionarse como yo lo hice en el transcurso del proceso compositivo.

Quiero agradecer la implicación de todos en este proyecto. A Narcís y Josep Lagares, por creer en él; a Jaume Lleixà, por favorecer los caminos; a Eulàlia Tomàs y a todas las personas de la Fundación Metalquimia, por llevarlo a cabo; a los músicos, que pusieron todo su talento al servicio de la grabación; al conjunto de cantantes - espléndido -, que se han adentrado en sus papeles de una manera fantástica; a la Polifónica de Puig-reig, brillantes y con la complicidad de siempre; a Xavier Albertí, por poner la magia de la escenografía; a Toni París, por las horas y más horas pasadas juntos en su estudio. Y, sobre todo, a Roger Padullés en el papel de Llull. Yo creo que, aunque todavía no le conocía, pensé este papel para él y su magnífica voz.